INVESTIGACIÓN
Cribaje visual en la Atención Primaria de Salud en menores de tres años
Visual screening in under three-year old children at the primary health care
Mirta
Beatriz Álvarez Rivero,I Miguel Omar Mokey Castellanos,II
María Elena Izquierdo Izquierdo,III Gisela Álvarez
Valdés,IV Arianne Romero DulietI
I
Hospital Pediátrico Docente "Marfán". La Habana, Cuba.
II Hospital Clínico Quirúrgico "Hermanos Ameijeiras".
La Habana, Cuba.
III Centro de Referencia Nacional de Puericultura. Facultad "Julio
Trigo López". La Habana, Cuba.
IV Policlínico "Julián Grimau". La Habana, Cuba.
RESUMEN
Objetivos:
determinar el grado de concordancia entre los resultados de la aplicación,
por pediatras de Atención Primaria, del cribaje visual que establece
una guía de práctica clínica, propuesta para cuidados visuales
preventivos en edad pediátrica y el criterio de verdad dado por el examen
de especialistas en Oftalmología.
Métodos: se realizó un estudio descriptivo, prospectivo
y transversal en una muestra de 481 pacientes de 6 a 35 meses de edad, en la
consulta de Oftalmología del hospital pediátrico "Marfán",
de febrero del año 2014 a enero de 2015. Participaron dos especialistas
en Pediatría, de Atención Primaria, dos especialistas en Oftalmología
y un licenciado en Óptica y Optometría. El análisis de
la concordancia entre los resultados del cribado visual realizado por pediatras
y el criterio de verdad se realizó mediante el cálculo del índice
Kappa a partir de cuatro variables, empleando el programa epitat 4.
Resultados: la estimación de la fuerza de concordancia fue buena
en el examen del comportamiento visual y del reflejo de fondo de ojo con K=
0,649 y 0,754; muy buena en el examen externo de anexos, globo ocular y alineación
ocular, con K= 0,817 y 0,899.
Conclusiones: el nivel de concordancia diagnóstica encontrado
entre pediatras y oftalmólogos hace factible la aplicación de
los procedimientos de examen que establece la Guía de Práctica
Clínica propuesta.
Palabras
clave: cribaje visual; Guía de Práctica Clínica; concordancia;
coeficiente Kappa.
ABSTRACT
Objectives:
to determine the level of agreement between the results of the application by
primary health carepediatricians of the visual screening that sets a clinical
practice guideline for preventive visual care at pediatric ages and the true
criteria from the test performed by ophthalmologists.
Methods: descriptive, prospective and cross-sectional study of a sample
of 481 children aged 6 to 35 months old, who were seen at the ophthalmology
service of Marfan pediatric hospital from February 2014 to January 2015. Two
primary health care pediatricians, two ophthalmologists and a certified optometrist
participated. The analysis of the level of agreement between the results of
the visual screening by pediatricians and the truth criterion was made through
the calculation of Kappa´s agreement index based on four variables by
using Epidat 4 program.
Results: the estimation of the force of agreement was good in the visual
behavior and in the fundus reflection, with k= 0.649 and 0.754, respectively;
it was very good in the external exam of the adnexa, the eyeball and the ocular
alignment with k= 0.817 and 0.899, respectively.
Conclusions: the level of diagnostic agreement found between ophthalmologists
and pediatricians makes the application of the examination procedures established
by the suggested clinical practice guideline possible.
Key words: visual screening; Clinical Practice Guideline; agreement, Kappa
coefficient.
INTRODUCCIÓN
Los
programas de cribado o tamizaje están dirigidos a la detección
precoz de enfermedades. En personas asintomáticas, son pruebas de aplicación
rápidas orientadas a quienes puedan beneficiarse de una investigación
diagnóstica y de un tratamiento. Todo tamizaje tiene limitaciones. Para
su realización se debe tener en cuenta el profesional adecuado, una batería
de prueba segura, simple de aplicar en corto período de tiempo, con efectos
adversos mínimos, apropiado para la edad y económicamente sustentable.
El cribado visual durante la edad pediátrica está dirigido a la
detección de afecciones potencialmente tratables que pudieran ser causa
de secuelas visuales.
Los
programas de cribado o tamizaje visual durante la infancia están muy
extendidos en los países desarrollados; incluyen la evaluación
funcional básica del desarrollo visual y el examen de elementos de índole
estructural del aparato ocular. Generalmente forman parte de las revisiones
de salud rutinarias establecidas en la Atención Primaria de Salud. Están
dirigidos, en primer lugar, al diagnóstico precoz de la ambliopía
y sus factores de riesgo: defectos refractivos, estrabismo y afecciones que
interfieren la llegada del estímulo visual a la retina como ptosis palpebral
y opacidades de los medios refringentes; también están dirigidos
al diagnóstico de malformaciones congénitas como la catarata y
el glaucoma en el recién nacido, y del retinoblastoma, afección
que pone en riesgo la vida del niño.1-3
El
procesamiento anormal de las imágenes por los centros nerviosos superiores,
causado por un estímulo visual inadecuado durante la etapa de desarrollo
visual, es causa de disminución funcional de la agudeza visual; es decir,
ambliopía. Puede afectar a uno y menos frecuente a ambos ojos. Es posible
su tratamiento durante este período que se extiende desde el nacimiento
hasta los 7 u 8 años de edad. El pronóstico visual depende de
la etiología, la edad de aparición y del tratamiento. Cuanto más
precoz, peor pronóstico; y a mayor edad de inicio del tratamiento, menor
posibilidades de recuperación, por la disminución de la plasticidad
del sistema visual. Es la causa más común de pérdida visual
prevenible en niños, y de disminución monocular de la visión
entre niños, jóvenes y adultos de la mediana edad; su prevalencia
es de 2 a 5 % de la población general.2,3 Las personas
con ambliopía monocular tienen un riesgo relativo de ceguera a lo largo
de la vida, de 1,2 a 2,6 % por pérdida de la visión del ojo sano.4
En Cuba, como política del sistema de salud, han sido creados programas para el diagnóstico temprano de afecciones visuales en niños con riesgo, centros educacionales para niños con ambliopía y necesidades especiales por discapacidad visual, y se ha normado el examen oftalmológico para el ingreso a círculos infantiles. Sin embargo, a pesar de los múltiples esfuerzos realizados por el estado como política del sistema de salud, aún son atendidos en consultas niñas y niños con secuelas visuales que nunca han recibido atención oftalmológica y a quienes el diagnóstico no se les realizó en el momento adecuado, por no estar incluidos en los programas establecidos y no existir una estrategia oftalmológica preventiva sistemática que incluyera a todos los grupos de edad pediátrica.
El
Grupo de Trabajo Nacional de Puericultura del Programa Materno Infantil del
Ministerio de Salud Pública ha recomendado, dentro de los cuidados de
salud, el cribaje visual como parte del examen en consulta de Puericultura5
y ha trabajado en la elaboración de Guías de Práctica Clínica
(GPC), entre ellas la de cuidados visuales preventivos en edad pediátrica.
Junto a esta propuesta se han tenido en cuenta las recomendaciones de los miembros
del Grupo de Oftalmología Pediátrica y Estrabismo de la Sociedad
Cubana de Oftalmología, del cual forman parte los oftalmólogos
de los Servicios de Oftalmología Pediátrica del país, y
del Grupo Nacional de Oftalmología del MINSAP. Periódicamente
se ofrecen en todo el país talleres y entrenamientos que incluyen el
cribado visual al personal responsable de los cuidados de salud.
Cuba cuenta con una excelente organización de los servicios de salud, que incluyen la Atención Primaria, y con el personal sanitario y los profesionales necesarios con elevada calificación y condiciones ideales para aplicar un instrumento de examen visual validado, con la intención de detectar trastornos causantes de secuelas visuales y derivarlas para su oportuno tratamiento por los oftalmólogos pediátricos. Por lo anteriormente expuesto, esta investigación se propone determinar el grado de concordancia entre los resultados de la aplicación, por pediatras de Atención Primaria, del cribaje visual que establece la Guía de Práctica Clínica, propuesta para cuidados visuales preventivos en edad pediátrica y el criterio de verdad dado por el examen de especialistas en Oftalmología.
MÉTODOS
Se
realizó un estudio descriptivo, prospectivo, de corte transversal en
una muestra de 481 niñas y niños de 6 a 35 meses de edad, quienes
asistieron a la Consulta Externa de Oftalmología del Hospital Pediátrico
Docente "Marfán", durante el período comprendido de febrero del
año 2014 a enero de 2015, y cumplieron con los criterios de inclusión.
Los participantes fueron dos Especialistas de Primer Grado en Pediatría
de Atención Primaria, quienes realizaron el cribado visual que establece
la GPC propuesta; dos Especialistas en Oftalmología, uno como observador
profesional, que supervisó y controló que se cumpliera la aplicación
del cribaje con el protocolo establecido, y el otro junto con una Licenciada
en Óptica y Optometría quienes realizaron las pruebas seleccionadas
como criterios de verdad. Como criterios de inclusión se seleccionaron
los pacientes de 6 a 35 meses de edad; los que no tuvieran examen oftalmológico
previo; que contaran con el consentimiento informado del tutor legal y que completaran
todas las pruebas y/o exámenes incluidos en el diseño metodológico
de la investigación. Como criterio de exclusión se consideraron
los niños que abandonaran el estudio y que por tanto no completaran todas
las pruebas comprendidas en el diseño metodológico. La muestra
quedó conformada por 481 niñas y niños, del total de 522
que inicialmente participaron en la investigación. Fueron excluidos 41
(7,8 %) por no completar las pruebas incluidas en el diseño metodológico
de la investigación.
ESTRATEGIA INVESTIGATIVA
Variables del estudio
Procedimientos de examen que establece la GPC propuesta:
- Comportamiento visual.
- Examen de la alineación y movimientos oculares.
- Examen externo de anexos y globo ocular.
- Examen del reflejo del fondo de ojo.
Se realizaron dos
sesiones consecutivas de evaluación con cada niño:
1. Aplicación de los procedimientos que establece la GPC propuesta.
2. Examen oftalmológico, pruebas seleccionadas como criterios de verdad.
Técnicas
y procedimientos
I. Procedimientos que establece la GPC:
1. Especialistas en Pediatría:
- Anamnesis.
- Comportamiento visual: exploración de cada ojo por separado con el otro ocluido, de la capacidad para mantener la estabilidad de la fijación de la mirada y seguimiento de un objeto no sonoro cuando se desplaza, teniendo en cuenta el desarrollo visual correspondiente a la edad.
- Examen de la alineación y movimientos oculares: posición de la cabeza al fijar (tortícolis), prueba de Hirschberg, prueba de cubrir y descubrir y movimientos oculares.
- Examen externo de anexos y globo ocular: para buscar anomalías estructurales y afecciones de anexos y del globo ocular.
- Observación del reflejo rojo-naranja del fondo de ojo: monocular y binocular con oftalmoscopia directa a un metro, buscando ausencia del reflejo, opacidades, asimetría entre ambas pupilas en posición (prueba de Bruckner: positiva en desviaciones oculares manifiestas), transparencia, tamaño, forma, brillo y color (leucocoria).
II. Pruebas seleccionadas como criterios de verdad.
1. Especialistas en Oftalmología:
- Anamnesis.
- Exploración de la capacidad y la estabilidad de la fijación y seguimiento de objetos, y del nistagmo optocinético (NOC) tipos I y II, con tambor giratorio de Barany.
- Examen de la alineación y movimientos oculares, anexos, segmento anterior, medios refringentes, fondo de ojo y biomicroscopia del segmento anterior.
2. Examen optométrico:
- Refracción ciclopléjica con colirio de homatropina al 2 % y esquiascopia.
III.
Criterios de fallo (considerados estimaciones positivas):
- Pobre atención visual, no estabilidad de la fijación por dos segundos o más con cada ojo, estando el otro ocluido; no habilidad de seguir objetos acorde con el desarrollo visual correspondiente a la edad; resistencia mantenida a la oclusión de un ojo.
- Alineación y movimientos oculares: desviación de la cabeza para fijar (tortícolis), reflejo corneal asimétrico, movimiento de un ojo para fijar al desocluirlo, limitación de movimientos oculares.
- Presencia de afecciones externas o anomalías estructurales de anexos y globo ocular.
- Reflejo de fondo de ojo: ausente, opacidades, asimetría entre ambas pupilas en: posición (prueba de Bruckner positiva), tamaño, forma, transparencia, brillo o color (leucocoria).
Procesamiento y análisis de la información
Para el procesamiento y el análisis, la información se incorporó a una base de datos de Microsoft Excel para Windows 7. Las variables en estudio se expresaron por sus respectivas medidas de resumen: números relativos y absolutos para las cualitativas y media y desviación estándar para las cuantitativas. Mediante el cálculo del Índice Kappa (k) se evaluó la concordancia o acuerdo entre los resultados de las observaciones por pediatras, de las cuatro variables cualitativas y el criterio de verdad (validez de criterio). La interpretación del coeficiente kappa se realizó correlacionando su valor con la escala cualitativa, según Landis y Koch, que incluye seis niveles de fuerza de concordancia (cuadro).6
Los resultados se expresaron en forma tabular. Se trabajó para un nivel de confianza del 95 %, con un error prefijado de 0,05. Para los análisis descriptivos, correlacionales, de frecuencias y las tablas de entradas múltiples se utilizó el software Statistic 8.0. Para determinar el índice de concordancia Kappa (k) el programa Epidat 4.
Aspectos éticos
La investigación fue aprobada por el Comité de Ética Médica y el Comité Científico de la institución. Se realizó bajo los principios de respeto y anonimato de los pacientes. Cumple con las normas éticas previstas para las investigaciones biomédicas de acuerdo con la Resolución Ministerial No. 138 y las Recomendaciones de la Declaración de Helsinki. Se realizaron las evaluaciones estrictamente necesarias, que contaron con el consentimiento informado, firmado por el tutor legal, por tratarse de menores de edad.
RESULTADOS
Del total de la
muestra, el 52 % correspondió a sexo femenino y el 48 % al masculino,
con edad media de 20,98; IC 95 % ± 0,86 meses (tabla 1).
El diagnóstico principal resultante del examen realizado por el especialista
de Oftalmología, según las cuatro variables de estudio, se expone
en la tabla 2.
Dentro de las observaciones realizadas por los pediatras, las estimaciones positivas representaron el 28,1 %; según el criterio de verdad el 24,7 %. El 10,4 % del total de las observaciones correspondió a falsos positivos y negativos; en tres variables los falsos positivos tuvieron mayor proporción que los negativos (tabla 3).
La estimación del índice kappa y de la fuerza de concordancia, según los cuatro variables de estudio, fue buena a muy buena (tabla 4), con k entre 0,649; IC 95 % (0,485 - 0,813), y 0,899; IC 95 % (0,824 - 0,973). La estimación general del índice kappa y de la fuerza de concordancia entre el total de las observaciones de pediatras y el criterio de verdad fue buena (tabla 5), con k= 0,733; IC: 95 % (0,663 - 0,803).
DISCUSIÓN
Los
procedimientos que establecen las Guías de Práctica Clínica
(GPC) deben ser probados por los usuarios y validados para adaptarlas a la situación
en que serán aplicadas y justificar su utilidad en la práctica.7
Esta investigación mediante el estudio de la concordancia entre los resultados
del examen realizado por pediatras de APS y el realizado por oftalmólogos,
tomado como estándar de referencia, evalúa la capacidad de los
procedimientos de examen que establece la GPC propuesta, para distinguir mediante
el cribaje visual las niñas y niños menores de 3 años que
presenten o no trastorno visuales.
Se
aplican diversas pruebas de cribado para detectar trastornos visuales en edad
pediátrica. Las pruebas, las edades y los criterios de derivación
varían entre las distintas sociedades y países, pero el objetivo
es la detección de afecciones potencialmente tratables en niños
afectados asintomáticos. Siempre se debe incluir la evaluación
funcional básica del desarrollo visual, el examen de la alineación
ocular, los elementos de índole estructural de anexos y el globo ocular,
y el examen del reflejo rojo del fondo de ojo en el menor de tres años.8-11
Todos estos aspectos forman parte del cribaje recomendados en la GPC propuesta
y evaluados como variables de estudio.
En
menores de tres años las pruebas de cribado más validadas en países
desarrollados son los métodos automatizados; dentro de ellos la autorrefracción
y el más útil el fotocribado, que informa mediante una fotografía
digital del reflejo del fondo de ojo, la alineación ocular, la transparencia,
la simetría en color, la forma, el tamaño y el estado refractivo.
Estas pruebas no son útiles en nuestro país para cribaje en Atención
Primaria por ser muy costosas. En
una revisión sistemática sobre cribaje de impedimentos visuales
en niños de uno a cinco años, R. Chou y T. Dana12
reportan 31 estudios sobre la validez de las pruebas de cribado comparadas con
un estándar de referencia, donde se evalúan métodos automatizados
y agudeza visual con optotipos. Se reporta la sensibilidad y la especificidad
menor de 90 %, pero consideran que las pruebas de tamizaje son útiles
para identificar trastornos visuales.
Solo
una investigación nacional no publicada, de Rodríguez Chinea
(Tesis de Maestría), valida el coeficiente Kappa en una prueba conductual
automatizada para pesquisar alteraciones de la agudeza visual en la Atención
Primaria de Salud en distintos grupos de edades, teniendo como patrón
de referencia el examen realizado por especialistas. En el grupo de menores
de tres años, la agudeza visual se exploró por ambos, mediante
la respuesta optoquinética I y II. El estudio de la fuerza de concordancia
obtenida fue muy buena, con k= 0,86; IC: 95 % (0,70-1,0). La
evaluación por los pediatras del comportamiento visual en esta investigación
fue realizada de forma cualitativa, no por el método que utilizó
Rodríguez Chinea (de la respuesta optoquinética I y II)
y la fuerza de concordancia fue buena.
El estudio
de la alineación ocular mediante las pruebas de Hirschberg y de cubrir
y descubrir han sido validados por autores como C. Williams,13
quien reporta sensibilidad y la especificidad de 75 %; IC 95 % (57,7-89,9
%) y del 100 % a los 37 meses de edad; P. Schmidt14 informa
un índice de sensibilidad de 60 % para una especificidad ajustada al
90 %, en niños de 3 a 5 años. En el presente estudio la fuerza
de concordancia entre los resultados de las observaciones por pediatras y el
criterio de verdad (validez de criterio) fue muy buena, según la correlación
del valor del coeficiente kappa con la escala cualitativa de Landis y
Koch.6
Acorde con la presente investigación, el examen de anexos y el globo
ocular es útil para evidenciar las anomalías y las afecciones
de estas estructuras; la validez de su estudio en el cribado, comparadas con
el estándar de referencia, reporta la fuerza de concordancia como muy
buena. Ninguna otra investigación validó aisladamente esta variable.
El examen
del reflejo de fondo de ojo es una prueba simple y segura, y en su validación
la fuerza de concordancia fue buena. No se dispone de datos de otras investigaciones
sobre su validez o efectividad, pues no ha sido evaluada de forma prospectiva.2
La eficacia demostrada del diagnóstico temprano, en cuanto a pronóstico
y repercusión sobre la salud de afecciones como la catarata congénita
y el retinoblastoma, hacen que esta prueba esté incluida en las recomendaciones
del examen de los cuidados de salud en el menor de tres años.
La fuerza de concordancia diagnóstica general encontrada como resultados
de la investigación, teniendo en cuenta la estimación del estudio
de las cuatro variables, entre las observaciones de los pediatras de APS y el
criterio de verdad, fue buena. Delgado Domínguez15
reporta que el grado de concordancia comunicado entre los defectos detectados
en Atención Primaria y los confirmados por el Servicio de Oftalmología
varía en su país entre un 93,6 y un 40 %. Estos resultados corresponden
a una fuerza de concordancia que oscila entre aceptable a muy buena, según
la correlación del valor del coeficiente kappa con la escala cualitativa.
Se concluye que el nivel de concordancia diagnóstica encontrado entre
oftalmólogos y pediatras de APS hace factible la aplicación de
los procedimientos de examen que establece la Guía de Práctica
Clínica propuesta, en las condiciones de la sociedad cubana, para el
grupo de edad estudiado.
Conflicto
de intereses
El equipo de investigación declara no tener conflicto de intereses y se compromete a mantener la confidencialidad de la información.
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Recibido:
22 de abril de 2016.
Aprobado: 20 de junio de 2016.
Mirta Beatriz Álvarez Rivero. Hospital Pediátrico Docente "Marfán". 17 y A, Vedado, La Habana, Cuba. Correo electrónico: mokbett@infomed.sld.cu