OFTALMOLOGÍA Y SOCIEDAD
Vida, saber y bioética
Life, knowledge and bioethics
MSc. Zoraida Enríquez O´Farrill, Prof. Francisco Borjas Borjas
Cátedra de Filosofía e Historia. Universidad de Ciencias Médicas de La Habana, Facultad "Finlay-Albarrán". La Habana, Cuba.
Los grandes cambios ocurridos en el mundo como resultado de la Revolución Científico Técnica, imponen el análisis de las consideraciones éticas fundamentales basadas en la concepción marxista, referida a que el mundo de los objetos engendrados por la actividad del hombre condiciona todo el desarrollo de los sentidos y de la psicología humana, a la conciencia del hombre. En el presente trabajo se analizan, entre otras, algunas concepciones que producen una ruptura en el pensamiento científico contemporáneo, centrado en la bioética, el ambientalismo holista, la epistemología de segundo orden y el pensamiento complejo, rasgos que caracterizan la sociedad actual en su desarrollo, dado el énfasis en la ciencia, la tecnología, la técnica y el cambio acelerado en la vida social, que produce también rasgos de deshumanización.
Palabras clave:
bioética, ambientalismo holista, epistemología de segundo
orden, pensamiento complejo.
The major changes in the world as a result of the scientific-technical revolution leads to the analysis of the fundamental ethical considerations based on the Marxist concepts. The world of objects generated by the human activity makes the whole development of the human senses and psychology be dependent on the man´s consciousness. The paper analyzed, among others, some concepts that cause a rupture in the contemporary scientific thinking focused on bioethics, holistic environmentalism, second order epistemology and complex thinking, which are traits that characterize the development of the present society, given the emphasis on science, technology, technique, and accelerated change in the social life that may also give rise to dehumanizing characteristics.
Key words:
bioethics, holistic environmentalism, second-order epistemology, complex thinking.
El mundo de los objetos engendrados por la actividad humana, condiciona todo el desarrollo de los sentidos humanos y la psicología humana a la conciencia del hombre.
KARL MARX
INTRODUCCIÓN
En la historia de la humanidad por primera vez existe el peligro real de que la especie humana no pueda sobrevivir a causa de una catástrofe ecológica de grandes proporciones o de guerras devastadoras que rompan el equilibrio cada vez más precario de la vida sobre la tierra.
En su obra "Historia del siglo XX", Eric Hobsbawn, historiador y filósofo alemán, califica al siglo XIX como largo, por ser un período de progreso material e intelectual y moral, es decir, las mejoras de las condiciones de vida civilizada; al siglo XX como corto, por ser un período de guerras mundiales, crisis y catástrofes; y la etapa de 1950-1970 como una especie de Edad de Oro, por el crecimiento económico, los adelantos alcanzados por la ciencia, el conocimiento y la educación.1
En el período comprendido entre 1970-1977 se formulan las ideas fundamentales de cuatro líneas de ruptura en el pensamiento científico contemporáneo: la bioética, la epistemología de segundo orden, el ambientalismo holista y el pensamiento complejo, que han movido el saber humano y marcan nuevos derroteros para la comprensión de los problemas científicos, y especialmente los sociales.
Los aportes teóricos de la bioética por el bioquímico y oncólogo norteamericano Van Rensselaer Potter (1970) abre las puertas a un nuevo saber ético, científico y humanista, centrado en la supervivencia de la humanidad.
El holismo ambiental contribuye a pensar el lugar de los seres humanos en el sistema de la naturaleza, al considerar el valor intrínseco de la naturaleza y el lugar de los seres humanos como parte de un sistema y no como parte dominadoras del sistema. Así la epistemología deja de ser de primer orden, centrada ahora en las propiedades del observador que produce conocimientos.
Finalmente los estudios de disímiles sistemas y dinámicas en varios dominios científicos ponen en entredicho nociones centradas del pensamiento científico heredadas de la modernidad y se abren a la complejidad, que tiene como objeto la comprensión del mundo como organización y no como sistema integrado por objetos y sus relaciones.
Las condiciones actuales del progreso científico y tecnológico exigen de un diálogo transdisciplinar entre las ciencias y las humanidades, dado que en el desarrollo el motor probablemente más importante es el económico, y las decisiones de mayor impacto son las políticas que afectan a la sociedad en general. Hay que contar con la participación activa de esta, e intervenir con sentido de responsabilidad, respecto a las generaciones actuales y futuras, en todo aquello que sea razonablemente previsible. Esto exige, ante todo, una correcta y adecuada información.
Las ciencias de la naturaleza, y en especial las vinculadas a la vida humana, están brindando elementos fundamentales entre el llamado mundo objetivo y el denominado subjetivo, aspectos recogidos en la obra del Dr. Acosta Sariego, que aporta claves para encontrar los fundamentos filosóficos del siglo XXI y lo hace desde los más actualizados descubrimientos de la ciencia de la vida.2
"La medicina, considerada antiguamente como una mezcla de arte y ciencia por estar dedicada a una labor eminentemente humanitaria y altruista, hoy día posee una fuerte carga experimental. Se realizan extrapolaciones desde el laboratorio de investigaciones que necesitan ser orientadas por una reflexión ética que posibilite la preservación de la dignidad de la persona humana, la cual es mucho más que un sujeto de experimentación y el límite de las fronteras de estas investigaciones no se encuentran en el ámbito de lo posible sino en el de lo debido".3
Es propósito de los autores en este artículo, analizar cómo los nuevos conocimientos deben servir a la humanidad para evitar que se desvirtúe el proyecto científico a intereses mezquinos. Si alguien lo olvida o margina, hay que recordarlo con fuerza; se trata de lograr el mejoramiento humano. El hombre no puede ni debe renunciar a una vida plena, segura y a un futuro mejor.
DESARROLLO
Impacto de procesos culturales a nivel universal y nacional
Existe una larga tradición, muy afirmada a través de procesos culturales de amplio impacto, como la revolución científica de los siglos XVI-XVII, la ilustración, la revolución industrial, la tradición positivista, entre otros, que han contribuido a formar una imagen de la ciencia y de la tecnología, asociada íntimamente al progreso social y al bienestar humano; perspectiva promovida por pensadores como Bacon, Descartes, Voltaire, Jefferson y otros.
Desde estas premisas es de significar lo avanzado del pensamiento filosófico decimonónico cubano, y en especial el de José de la Luz y Caballero, hace más de 150 años. José Martí da continuidad a esas concepciones y en su artículo "Maestros ambulantes", que representa un manifiesto ético, en una de sus partes expresa: "La felicidad existe sobre la tierra y se le conquista con el ejercicio prudente de la razón, el conocimiento de la armonía del universo y la práctica constante de la generosidad".4
Programa Ilustrado de la Ciencia
En el año 1945, a solicitud del presidente de los Estados Unidos Franklin Delano Roosvelt, se elabora un informe titulado "La ciencia, frontera sin límites". A esta perspectiva se le ha dado en llamar "Programa Ilustrado de la Ciencia", que ha impactado la teoría y la política de la ciencia en la segunda mitad del siglo XX; las tesis del programa se resumen en:
La plataforma elaborada para la política científica señala que el gobierno, en conjunto con las comunidades académicas, definirían las áreas de interés para dejar a los científicos libertad para el desarrollo de las investigaciones. Esta lógica, aparentemente razonable, ha venido planteando en la práctica diferentes problemas relacionados con la cuestión del bienestar.
En las últimas décadas las empresas privadas han tomado la dirección en materia de financiamiento, con lo cual la ganancia y el lucro se han convertido en valores determinantes en las inversiones que definen las prioridades de investigación y las áreas en las que se producen los principales resultados.
Todos los científicos sabían que la investigación científica no era limitada y libre, aunque fuera porque necesitara unos recursos que están limitados. La cuestión no estriba en si alguien debía decir a los investigadores qué podían hacer o no, sino en quién imponía tales límites y directrices y con qué criterios.
La verdad es que la ciencia era demasiado grande, demasiado poderosa, demasiado indispensable para la sociedad en general y sus patrocinadores en particular como para dejarla a merced de esta. La paradoja de esta situación era que, en último análisis, el poderoso motor de la tecnología del siglo XX y la economía que esta hizo posible, dependían cada vez más de una comunidad relativamente minúscula de personas para quienes resultaban prioritarias las ganancias obtenidas sobre los intereses, expresión que ha ido en ascenso.
Ciencia con conciencia
Se hace apremiante la necesidad de una ciencia con conciencia. Ha llegado el momento de tomar conciencia de la complejidad de toda la realidad física-humana, social y política, y de que una ciencia privada de reflexión y de una filosofía es insuficiente. Ciencia sin ciencia y ciencia sin conciencia son mutilantes.5
Otra problemática a enfrentar por la humanidad es la referida al cambio climático, que constituye una amenaza masiva para el desarrollo humano, y algunas partes están minando los esfuerzos de la comunidad internacional para enfrentar la extrema pobreza.
Mientras los gobiernos reconocen la realidad del calentamiento global, las medidas políticas continúan estando por debajo de lo mínimo necesario para resolver el problema. En este sentido, hay una brecha enorme entre la evidencia científica y la respuesta política. Los países desarrollados no asumen su responsabilidad para enfrentar tan crítica situación.
Se han identificado cinco mecanismos clave de trasmisión a través de los cuales el cambio climático puede paralizar y luego revertir el desarrollo humano; ellos son:
En este último aspecto los países desarrollados ya están preparando sus sistemas de salud pública para enfrentar crisis climáticas, tal como ha sucedido durante la ola de calor en el año 2003 en Europa y las condiciones más extremas durante verano e invierno. Sin embargo, los mayores impactos en salud se han de sentir en los países en desarrollo por los altos niveles de pobreza y la poca capacidad de los sistemas de salud pública.
Las principales epidemias mortales podrán ampliar su extensión, como es el caso del paludismo, que ya cobra la vida de alrededor de un millón de personas por año. Por su parte, ya es posible encontrar casos de dengue en altitudes mayores que las comunes, especialmente en América Latina y partes de Asia Oriental; y el cambio climático podrá ampliar aún más el alcance de esa enfermedad.
El cambio climático afectará la salud humana mediante sistemas complejos, que incluyen cambios en la temperatura, exposición a sucesos extremos, acceso a la nutrición, calidad del aire, entre otras variables. El clima interactuará con la salud humana de diversas maneras.
En el año 2000, durante la Cumbre del Milenio, los líderes mundiales reconocieron su responsabilidad colectiva con los principios de la dignidad humana, la igualdad y la equidad para todos los habitantes del planeta, y su deber con los más vulnerables, como colofón la firma de la declaración del milenio que propuso alcanzar, antes del 2015, la reducción a la mitad de la pobreza extrema y el hambre, lograr la enseñanza primaria universal, promover la equidad de género y la autonomía de la mujer, reducir la mortalidad infantil, mejorar la salud materna, combatir el VIH/SIDA y otras enfermedades, garantizar la sostenibilidad ambiental y fomentar la asociación global para el desarrollo.
La ONU volvió a convocar en el mes de septiembre de 2010 para analizar en reunión plenaria el progreso en el camino hacia las metas. Para muchos países las metas son una quimera y se puso de manifiesto la creciente diferencia entre países ricos y pobres, cuyas aspiraciones no se podrán cumplir.
La responsabilidad del médico
En este tiempo, principios del siglo XXI, en que la medicina evoluciona aceleradamente y donde están por venir nuevos cambios, como en los ámbitos de la genética y de la nanotecnología, es forzoso que ciertos conocimientos y hábitos aprendidos en las aulas y practicados por años se enriquezcan con los aportes del progreso científico, incluyendo las consideraciones y los fundamentos de la bioética. Se debe continuar en el desarrollo de proyectos con actitud científica para su avance y aplicación, pero es preciso no perder el punto de partida.
La responsabilidad del médico es y será ayudar a mantener la salud, promover la calidad de vida, prevenir las enfermedades y auxiliar a las personas a vivir mejor aún con sus limitaciones.7
Es indispensable aplicar consecuentemente los principios humanistas, pues lo importante no es solo saber, sino comprender, comprender al ser humano en toda su integridad y su posición en la vida. No son mentalidades abstractas, ni ideas puras, ni ciencia en marcha; son seres humanos de carne y hueso, de dolor y esperanza, que estudian, investigan y aplican concepciones científicas para hacer avanzar la ciencia, pero con el fin supremo de dar lo mejor para propiciar los niveles de calidad de vida del pueblo.
Lo biológico y lo sociocultural en unidad
Si bien la idea de la unidad del hombre podría ser establecida a partir de invariantes biológicas genéticas, anatómicas fisiológicas, etc., Morín afirma que las universales antropológicas no son solo biológicas en el sentido estrecho, reduccionista y biologicista del término, sino bioculturales, y que esta unidad biocultural no puede separarse de la diversidad y de la variabilidad. Lo biológico y lo sociocultural no deben concebirse como dos dimensiones separadas o meramente yuxtapuestas. Morín se opone a toda construcción reduccionista del concepto hombre, visto unidimensionalmente desde una sola perspectiva, sea esta culturalista o biologicista. El hombre no es biológico por un lado (estudio de la Biología) y cultural por otro (estudio de las Ciencias Humanas); constituye un sistema global; una unidad compleja organizada, constituida por un conjunto de interacciones e interdependencias entre múltiples y diversos factores biopsicosociales.
El concepto hombre no remite a esencia fija e inmutable alguna, sino es el resultado de la "organización dinámica" de esas interacciones en interrelación entre el sistema genético, el sistema cerebral, y el sistema sociocultural. Cada uno de estos subsistemas remite e interactúa con el otro; de aquí que los universales sean a la vez bio-psico, antropo-sociológico.8
Por eso es necesario elaborar un saber transdisciplinar. La especialización y separación disciplinar de las ciencias y los saberes, al hacer imposible la existencia de un saber antropológico reunido, han dado lugar a la descomposición y fragmentación del concepto hombre.
CONCLUSIONES
La ciencia no es solo una actividad teórica, es una actividad social, institucionalizada, portadora de valores y cultura y debe ser objeto de análisis a través de su evolución histórica, en correspondencia con el nuevo conocimiento a partir de una actitud crítica y ajustada a la realidad de nuestro proyecto social y previo estudio de las concepciones teóricas de la bioética.
La preocupación por los problemas ecológicos que alcanzan hoy en día una gran dimensión valorativa, precisan alcanzar una conciencia ecológica, mediante la formación de los sujetos y la crítica a actitudes y valores depredadores en la relación hombre-medioambiente. El camino es conocer, informarse de lo más novedoso y ser capaces de forma creadora de buscar solución a las problemáticas, sin violar los principios de protección a la humanidad y la ecología que rigen la sociedad.
Es necesario valorar la posición del hombre como ser biopsicosocial a partir de fundamentos transdisciplinarios que permitan situarlo dentro de una organización dinámica, que es la influencia del universo y su acción en beneficio de la propia vida, sin establecer separaciones o aislamientos en su actuar y devenir histórico, fundamentado en una concepción antropológica y bioética.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
1. Hobsbawm E. Historia del Siglo XX. La Habana: Editorial Félix Varela; 2004.
2. Acosta Sariego J. Bioética para la sustentabilidad. La Habana: Editorial Acuario; 2002.
3. Zamora Marín R. Ética médica, bioética y cuidado de los pacientes. Rev Honda [Internet]. 2008 (citado 5 de diciembre de 2013);24:30. Disponible en: http://www.josemarti.cu/files/05-%C3%89tica%20m%C3%A9dica,%20bio%C3%A9tica.pdf
4. Martí J. Obras Completas. La Habana: Editorial de Ciencias Sociales; 1975.
5. Peñuela Velásquez LA. La transdisciplinariedad: más allá de los conceptos, la dialéctica. Andamios [Internet]. 2005 [citado 25 de marzo de 2010];1(2):43-77. Disponible en: http://www.scielo.org.mx/scielo.php?pid=S1870-00632005000300003&script=sci_abstract&tlng=es
6. Informe sobre Desarrollo Humano. PNUD, Naciones Unidas; 2007-2008.
7. Solana Ruiz JL. La unidad y diversidad del hombre en la antropología compleja de Edgar Morin. Gazeta de Antropología [Internet]. 1995 [citado 25 de marzo de 2010];11. Disponible en: http://hdl.handle.net/10481/13607
Recibido: 4 de
diciembre de 2012.
Aprobado:
10 de febrero de 2013.
MSc. Zoraida Enríquez O´Farrill. Facultad «Finlay-Albarrán». Ave. 25 No. 15005 Cubanacán, Playa. La Habana, Cuba. Correo electrónico: zory@infomed.sld.cu