La actividad científica está íntimamente relacionada con la comunicación de los resultados que se derivan de su práctica, lo que tiene su máxima expresión a través de la publicación científica. Si se considera que la ciencia es un fenómeno social, como ocurre con otros sectores de la vida social, las actividades de investigación y de publicación son sensibles a los fenómenos socioeconómicos que tienen lugar en el entorno donde se desarrollan, y su divulgación se constituye en evidencias del desarrollo científico.1) Las publicaciones se clasifican en cuatro grupos: transeúntes (con 1 sola publicación), aspirantes (de 2 a 4 publicaciones), moderados (de 5 a 9 publicaciones), y grandes productores (los autores con más de 10).2
Harvey Cushing (1874-1939), uno de los más egregios y conspicuos médicos de los tiempos modernos, acuñó un certero epígrafe: "Es más difícil manejar la pluma que el bisturí".3) Explicitar y generalizar los resultados científicos de las investigaciones que dan respuesta al banco de problemas de cada institución son elementos esenciales para elevar la calidad de los servicios y el nivel profesional y científicos de los recursos humanos que los prestan. Sin embargo, algunos autores plantean baja tasa de publicaciones, que se le atribuyen a problemas de índole metodológico y a la poca motivación, tanto personal como institucional, así como al escaso dominio de los principios básicos de la comunicación científica que tienen, tanto los estudiantes de pregrado y de posgrado, como los tutores de tesis, o los ya profesionales graduados. Especial responsabilidad se les atribuye a los tutores, tanto en la entrega de una adecuada orientación a los estudiantes, como en el respaldo de tesis que presenten preguntas de investigación relevantes y cuyas metodologías estén bien estructuradas.1,4)
El profesional de la salud interesado en publicar debe aceptar que esta actividad es semejante a un oficio artesanal: requiere un maestro que lo guíe en este arte, para separarse y formar su propio grupo, una vez que haya dominado el oficio. Más adelante tendrá la oportunidad de realizar estudios en colaboración con otros grupos prestigiados y, de esta manera, incrementar su producción científica. Se ha confirmado que con el tiempo, el oficio artesanal se transforma en arte.1
La conducción ética de la investigación y su rigor metodológico es responsabilidad de los investigadores, los jefes de proyecto y los directores de las instituciones, asesorados por los consejos científicos (CC) y los comités de ética de la investigación.5)
Las funciones principales del CC son garantizar la calidad y el rigor de la actividad científica y tecnológica que se realiza, y asesorar a la dirección de la institución en relación con la evaluación de la calidad y el rigor de las publicaciones científicas y tecnológicas en libros, publicaciones seriadas y bases de datos nacionales e internacionales; la evaluación de los resultados obtenidos en los procesos de educación de posgrado y de categorización, así como la emisión de las recomendaciones que corresponda sobre las tesis de grados científicos y maestrías; la emisión de avales sobre reconocimientos, premios y distinciones al personal de la institución y de otras; la nominación de candidatos a académicos titulares y asociados jóvenes de la Academia de Ciencias de Cuba, como entidad auspiciadora; la emisión de criterios sobre la organización, promoción y participación en eventos científicos y tecnológicos nacionales e internacionales; el desarrollo de otras tareas de asesoría solicitadas por la dirección en materia de ciencia, tecnología e innovación; y las evaluaciones de los resultados del escalado y puesta en marcha de la introducción en la producción.
La confección de una publicación es un proceso lento, complejo y trabajoso; por lo tanto, requiere de dedicación y de tiempo por parte del investigador. Las razones de la no publicación también se relacionan con aspectos prácticos, principalmente con la falta de habilidades y del tiempo dedicado a estas. El trabajo en equipo permite logros coherentes y fuertes en la solución de problemas en las organizaciones; es el medio ideal para interactuar y solucionar debilidades. Se coincide con los autores Díaz-Velis Martínez y Ramos Ramírez cuando refieren en su trabajo "Mirada reflexiva al pensamiento médico educacional del Dr. Fidel Ilizástigui Dupuy" y acotan: "[...] el trabajo en equipo interdisciplinario sustituirá al trabajo solitario. Las instituciones de salud y las de educación médica y de investigación dejarán de ser independientes para convertirse en verdaderos complejos de salud [...]". 6)
El desarrollo científico-técnico reclama en la actualidad una comunicación del proceso científico-investigativo cada vez más eficiente, y recaba, a su vez, la participación más activa de los profesionales de la salud en actividades que propendan a elevar la cultura científica.1
Se hace necesario continuar enfatizando en la asesoría del Consejo Científico de las instituciones en la evaluación de la calidad y en el rigor de las publicaciones científicas; así como en la adquisición de conocimientos en metodología de la investigación, la comunicación científica y en las normas de publicación de las diferentes revistas biomédicas, donde los profesionales de la salud pueden plasmar sus publicaciones que apoyen a elevar la calidad de los servicios en las instituciones.
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1. González Ramos MDR, Sánchez Seijo Y, Alcaide Guardado Y, Vázquez Vega MJ, Arteaga Valdés B, Cece González L. Comportamiento de las publicaciones científicas. Educación Médica Superior. 2015;29(3):483-95.
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2. García-Somodevilla A, Montes-de-Oca-Montano J, Núñez-Blanco A, Rodríguez-González N. Caracterización bibliométrica de la producción científica del Hospital General Universitario Dr. Gustavo Aldereguía Lima. Cienfuegos: Medisur. 2011 [acceso: 18/09/2020];9(4):[aprox. 16 p.]. Disponible en: http://www.medisur.sld.cu/index.php/medisur/article/view/1512
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3. Zarate A. Las publicaciones científicas: parte del desarrollo intelectual del Médico. Rev Med Inst Mex Seguro Soc. 2013 [acceso: 18/09/2020];51(5): [aprox. 1 p.]. Disponible en: http://www.medigraphic.com/pdfs/imss/im-2013/im135a.pdf
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4. Werlinger Cruces F, Coronado Vigueras L, Ulloa Marín C, Candia Pérez O, Rojas Alcayata G. Metodología y visibilidad en los medios de divulgación científica de las tesis de pregrado en Odontología. Educ Med Super. 2014 [acceso: 18/09/2020];28(2):[aprox. 10 p.]. Disponible en: http://www.ems.sld.cu/index.php/ems/article/view/316/169
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5. Consejo de Ministros de la República de Cuba. Decreto Ley No. 363/2019 (GOC-2019-998-O86); Resolución 286/2019 (GOC-2019-999-O86) y 287/2019 (GOC-2019-1000-O86); 2019. Gac Ofic. 2019 [acceso: 17/09/2020];(86):1923-51. Disponible en: http://www.gacetaoficial.gob.cu/es/gaceta-oficial-no-86-ordinaria-de-2019
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6. Díaz-Velis Martínez E, Ramos Ramírez R. Mirada reflexiva al pensamiento médico educacional del Dr. Fidel Ilizástigui Dupuy. EDUMECENTRO. 2011 [acceso: 18/09/2020];3(3):[aprox. 10 p.]. Disponible en: http://www.edumecentro.sld.cu/pag/Vol3%283%29/oriesther.html
- » Publicado : 01/03/2021