Resultados con rituximab en la orbitopatía tiroidea
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La orbitopatía toiroidea es una afección de génesis autoinmune y la principal manifestación extratiroidea de la enfermedad de Graves-Basedow. Los esteroides son la primera opción terapéuticas, le siguen la radioterapia, el selenio, octeotride y otras. La descompresión orbitaria se realiza en casos con orbitopatía tiroidea grave e inactiva. El uso de agentes biológicos como el rituximab, anticuerpo monoclonal anti-CD20, el cual modula el sistema inmune, se ha utilizado con éxito en algunos casos con resistencia a los esteroides. Se presenta un paciente de 51 años de edad, diabético descontrolado y fumador, con antecedentes de orbitopatía tiroidea grave y activa unilateral izquierda. No se ha logrado el control de la diabetes ni de la enfermedad tiroidea. Con el uso de la metilprednisolona por vía endovenosa, a dosis de 1 g diario por tres días en un total de cuatro ciclos, solo se logró una remisión parcial con recidivas y no se obtuvo el control de la presión intraocular. Se inyectó toxina botulínica A para la retracción palpebral y la queratopatía por exposición. Debido a la ausencia de respuesta se inició el tratamiento sistémico con rituximab en dos infusiones, con una mejoría clínica y control de la presión intraocular. Es la primera vez que se utiliza en el país en el tratamiento de la orbitopatía tiroidea. El rituximab representa una alternativa terapéutica en el tratamiento en la orbitopatía tiroidea en casos resistentes a los esteroides.
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