Las heridas corneales de espesor total representan entre el 10 y el 14 % de los traumas.(1) El objetivo inmediato en su tratamiento es restaurar la hermeticidad y la anatomía como sea posible, para evitar la hipotonía, la infección, el prolapso tisular y otras complicaciones, que podrían llevar irremediablemente a la pérdida de la visión.